DIABETES MELLITUS
La diabetes mellitus es la más común de las enfermedades
endocrinas y de acuerdo con los estimados actuales,
afecta entre 10% a 15% de la población general.
Según datos de la federación internacional de diabetes
en el año 2012
Más de 371 millones en todo el mundo tienen diabetes,
El número de pacientes diabéticos está aumentando
rápidamente en todos los países
La mitad de personas que tienen diabetes aún no han sido
diagnosticadas.
1 de cada 11 adultos en Latinoamérica es diabético.
La
diabetes mellitus,
o simplemente la diabetes, es una enfermedad crónica que
aparece cuando el páncreas no puede producir
insulina
o cuando el cuerpo no puede hacer un buen uso de la
insulina que produce. La insulina es una hormona
producida por el páncreas que actúa como una llave que
permite que la
glucosa
de los alimentos que ingerimos pase de la sangre a las
células del cuerpo para producir energía. Todos los
alimentos ricos en hidratos de carbono se descomponen en
glucosa en la sangre. La insulina ayuda a la glucosa a
entrar en las células.
La incapacidad de producir insulina o
de utilizarla de manera eficaz conduce a niveles
elevados de glucosa en sangre (conocida como
hiperglucemia).
Los altos niveles de glucosa durante un período de
tiempo prolongado se asocian con daños corporales y
fallos en varios órganos y tejidos.
Hay tres tipos principales de diabetes
Diabetes tipo 1
conocida anteriormente como diabetes juvenil.
Generalmente es causada por una reacción autoinmune en
la que el sistema de defensa del cuerpo ataca las
células que producen insulina. Todavía no se sabe del
todo el motivo de que esto ocurra. Las personas con
diabetes tipo 1 producen muy poca o ninguna insulina. La
enfermedad puede afectar a personas de cualquier edad,
pero generalmente se desarrolla en niños o adultos
jóvenes. Las personas con este tipo de diabetes
necesitan inyectarse insulina todos los días para
controlar los niveles de glucosa en sangre. Las personas
con diabetes tipo 1 que no tengan acceso a la insulina
morirán.
Diabetes tipo 2
conocida anteriormente como diabetes no-insulino
dependiente o diabetes del adulto, representa como
mínimo el 90% de todos los casos de diabetes. Se
caracteriza por una resistencia a la insulina, por una
relativa deficiencia de insulina o por ambas cosas a la
vez. El diagnóstico de la diabetes tipo 2 puede ocurrir
a cualquier edad. La diabetes tipo 2 puede permanecer
sin ser detectada durante muchos años. El diagnóstico se
hace cuando aparece una complicación o cuando se realiza
un análisis de sangre rutinario o una prueba de glucosa
en la orina. A menudo, pero no siempre, está asociada
con el sobrepeso o la obesidad, que pueden provocar
resistencia a la insulina y conducir a altos niveles de
glucosa en sangre. Las personas con diabetes tipo 2 a
menudo pueden tratar inicialmente su afección mediante
ejercicio y dieta. Sin embargo, con el tiempo la mayoría
de las personas requieren medicación oral o insulina.
Tanto la diabetes tipo 1 como la tipo 2 son graves. No
existe una diabetes leve.
La diabetes gestacional (DMG)
es una forma de diabetes que consiste en altos niveles
de glucosa en sangre durante el embarazo. Se desarrolla
en uno de cada 25 embarazos en todo el mundo y está
asociada con complicaciones para la madre y el bebé. La
DMG generalmente desaparece después del embarazo, pero
las mujeres con DMG y sus hijos corren un riesgo mayor
de desarrollar diabetes tipo 2 más adelante en la vida.
Aproximadamente la mitad de las mujeres con antecedentes
de diabetes gestacional llegan a desarrollar diabetes
tipo 2 antes de los cinco a diez años después del parto.
Existen además otros tipos específicos de diabetes.
Las personas pueden experimentar diferentes
signos y síntomas de la diabetes, y en
ocasiones puede que no haya signos. Algunos de los
signos más comunes son:
§
Micción frecuente
§ Sed excesiva
§ Aumento del hambre
§ Pérdida de peso
§ Cansancio
§ Falta de interés y concentración
§ Una sensación de hormigueo o entumecimiento en
las manos o los pies
§ Visión borrosa
§ Infecciones frecuentes
§ Heridas de curación lenta
§
Vómitos y dolor de estómago (a menudo confundido con la
gripe)
Constantemente
en base a estudios de investigación se actualizan los
criterios para hacer el diagnóstico de diabetes mellitus.
Criterios actuales para el diagnóstico de diabetes:
Hb
A1C ≥6.5%. (Hemoglobina glucosilada)
Glucemia en ayunas (GA) ≥126 mg/
Glucemia 2 horas posprandial (GP) ≥200 mg/dl durante
la prueba de tolerancia oral a la glucosa (PTOG).
Glucemia al azar ≥200 mg/dL en un paciente con síntomas
clásicos de hiperglucemia o crisis de hiperglucemia.
En ausencia de hiperglucemia inequívoca, el resultado
debe ser confirmado
por repetición de la prueba.
Estrategias actuales de manejo
El tratamiento de la diabetes mellitus debe enfocarse al
control adecuado y cuidadoso de la glicemia, así como a
la prevención del daño de los órganos diana, a la
reducción de los factores de riesgo cardiovascular y al
manejo específico de las complicaciones presentes. El
primer punto a considerar es el ámbito "deseado" de
glicemia para cada paciente en particular, teniendo en
cuenta que las últimas recomendaciones de la Asociación
Americana de Diabetes consideran apropiado mantener
cifras de glucosa en ayunas entre 80 a 120 mg/dL, para
aquellos pacientes sin condiciones asociadas a un riesgo
elevado de hipoglicemia y en quienes tal eventualidad
puede llegar a presentarse, es conveniente conservar
valores entre 100 a 140 mg/dL.
Es de vital importancia restaurar el perfíl lipídico,
controlar la presión arterial, eliminar condiciones de
riesgo cardiovascular como tabaquismo, sedentarismo y
soprepeso e instruir al paciente en estrategias de
autocuidado y vigilancia de la glicemia. Así mismo, hay
que enfatizar la importancia que tienen las evaluaciones
médicas periódicas.
Medidas generales: dieta y ejercicio
Mediante la dieta se busca reducir los niveles
circulantes de glucosa, controlando la ingestión de
calorías, azúcares, grasas y proteínas. El paciente
diabético debe recibir, cada día, entre 250 a 500
calorías menos que una persona sana, 20% de ellas en
forma de grasas (al menos la mitad de ellas en forma de
grasas poliinsaturadas) y entre 10% a 20% como proteína
Los hipoglucemiantes orales que son medicamentos
utilizados para mantener controlados los niveles de
glucosa al igual que la insulina deben ser indicados por
su médico, el tratamiento debe ser individualizado.
Complicaciones de la diabetes
Las personas con diabetes corren un
riesgo mayor de desarrollar una serie de problemas de
salud graves. Los altos niveles de glucosa en sangre
pueden conducir a enfermedades graves que afectan al
corazón y los vasos sanguíneos, los ojos, los riñones y
los nervios, así como enfermedad periodontal. Además,
las personas con diabetes también tienen un mayor riesgo
de desarrollar infecciones. En casi todos los países de
ingresos altos, la diabetes es la principal causa de
enfermedades cardiovasculares,
ceguera,
insuficiencia renal, y
amputación.
El mantenimiento de los niveles de glucosa en sangre,
presión arterial y colesterol en lo normal o cerca de lo
normal puede ayudar a retrasar o prevenir las
complicaciones de la diabetes. Por lo tanto, las
personas con diabetes requieren un control regular.
Enfermedades cardiovasculares:
afecta el corazón y los vasos sanguíneos y puede causar
complicaciones fatales tales como enfermedad arterial
coronaria o enfermedad cerebro vascular.
La enfermedad cardiovascular es la causa más común de
muerte en personas con diabetes. Presión sanguínea alta,
colesterol alto, glucosa sanguínea alta y otros factores
de riesgo contribuyen al riesgo de complicaciones
cardiovasculares.
Enfermedades renales (nefropatía diabética):
causadas por daños en los pequeños vasos sanguíneos de
los riñones que conducen a que los riñones sean cada vez
menos eficientes o fallen por completo. Las enfermedades
renales son mucho más comunes en personas con diabetes
que en personas sin diabetes. Mantener los niveles de
glucosa en sangre y la presión arterial cerca de lo
normal puede reducir en gran medida el riesgo de sufrir
enfermedades renales.
Enfermedades nerviosas (neuropatía diabética):
La diabetes puede causar daños en el sistema nervioso de
todo el cuerpo cuando la glucosa en sangre y la presión
arterial son demasiado altas. Esto puede conducir a
problemas con la digestión, disfunción eréctil y muchas
otras funciones. Algunas de las áreas más comúnmente
afectadas son las extremidades, especialmente los pies.
Las lesiones en los nervios de estas zonas se llaman
neuropatía periférica, y pueden acarrear dolor,
hormigueo y pérdida de sensibilidad. La pérdida de la
sensibilidad es particularmente importante, ya que puede
hacer que las lesiones pasen desapercibidas, dando lugar
a infecciones graves y posibles amputaciones. Las
personas con diabetes corren un riesgo de amputación que
puede ser más de 25 veces superior al de las personas
sin diabetes. Sin embargo, con un tratamiento integral,
se pueden prevenir muchas de las amputaciones
relacionadas con la diabetes. Incluso cuando se realiza
una amputación, se puede salvar con un buen seguimiento
de un equipo podológico multidisciplinar la otra pierna
y la vida de la persona. Las personas con diabetes deben
examinarse regularmente los pies.
Enfermedades oculares (retinopatía diabética):
la mayoría de las personas con diabetes desarrollarán
algún tipo de enfermedad ocular (retinopatía) con
disminución de la visión o ceguera. Los altos niveles de
glucosa en sangre, junto con la presión arterial alta y
el colesterol alto, son las principales causas de
retinopatía. Puede tratarse mediante controles regulares
de los ojos y manteniendo los niveles de glucosa y
lípidos en lo normal o cerca de lo normal.
Complicaciones
del embarazo Las mujeres con cualquier tipo
de diabetes durante el embarazo corren riesgo de sufrir
varias complicaciones si no controlan y tratan
cuidadosamente su estado. Para evitar posibles daños en
los órganos del feto, las mujeres con diabetes tipo 1 o
tipo 2 deben lograr mantener unos niveles de glucosa
adecuados antes de la concepción. Todas las mujeres con
diabetes tipo 1, tipo 2 o gestacional durante el
embarazo deben procurar mantener unos niveles de glucosa
en sangre correctos para minimizar las complicaciones.
Tener alta la glucosa en sangre durante el embarazo
puede provocar un exceso de peso en el feto. Esto puede
conducir a problemas en el parto, traumatismo del niño y
la madre y una caída repentina de la glucosa en sangre
del niño después del nacimiento. Los niños expuestos
durante mucho tiempo a altos niveles de glucosa en la
matriz tienen un mayor riesgo de desarrollar diabetes en
el futuro.
Prevención
De momento, la diabetes tipo 1 no se
puede prevenir. Los detonantes medioambientales que se
cree generan el proceso que acaba por destruir las
células productoras de insulina del organismo aún se
sigue investigando.
Hay muchas pruebas de que los
cambios del estilo de vida
(mantener un peso
corporal sano y realizar actividad física moderada)
pueden ayudar a prevenir el desarrollo de la diabetes
tipo 2.
La obesidad, particularmente la obesidad abdominal, está
relacionada con el desarrollo de la diabetes tipo 2.
La pérdida de peso mejora la resistencia a la
insulina y reduce la hipertensión. Por lo tanto, las
personas que tienen sobrepeso o son obesas deben lograr
mantener un peso corporal sano.
La
actividad física es uno de los pilares
fundamentales en la prevención de la diabetes. El
aumento de la actividad física es importante para
mantener la pérdida de peso y está vinculada a la
reducción de la presión arterial, la reducción del ritmo
cardíaco en reposo, el aumento de la sensibilidad a la
insulina, la mejora de la composición corporal y el
bienestar psicológico.
Una
dieta equilibrada y nutritiva es esencial para la
salud. Una dieta sana reduce los factores de riesgo de
las enfermedades cardiovasculares.
Otros comportamientos a considerar
son:
Fumar:
un factor de riesgo bien establecido para muchas
enfermedades crónicas, como la diabetes y sus
complicaciones. Además de otros efectos perjudiciales,
fumar aumenta la acumulación de grasa abdominal y la
resistencia a la insulina. Todos los fumadores deberían
dejar de fumar. Sin embargo, ocurre a menudo que cuando
se deja de fumar se aumenta de peso, por lo que también
se debe dar asesoramiento dietético sobre cómo evitar el
aumento de peso (por ejemplo, gestionar la ansiedad y
los síntomas de abstinencia con sesiones cortas de
actividad física para liberar el estrés, en lugar de ir
comiendo tentempiés).
El estrés y la depresión:
Existen pruebas de que hay relación entre la depresión,
la diabetes y las enfermedades cardiovasculares.
Los patrones del sueño:
Tanto una duración del sueño corta (<6 h) como larga
(>9h) puede estar asociada con un mayor riesgo de
desarrollar diabetes tipo 2. La falta de sueño puede
afectar al equilibrio de las hormonas que regulan la
ingesta de alimentos y el balance energético. Una
duración larga del sueño puede ser un signo de
trastornos respiratorios del sueño o depresión y debe
ser tratada adecuadamente. También existe una estrecha
relación entre la obesidad y el síndrome de apnea
obstructiva del sueño (SAOS), la forma más común de
trastornos respiratorios del sueño.
Criterios para realizar pruebas de diabetes en adultos
asintomáticos
En todos los adultos con sobrepeso mayor a 25 kg/m2 de
IMC y factores de riesgo adicionales.
Inactividad física
Parientes en primer grado con diabetes
Alto riesgo por raza
Mujeres que han tenido hijos con alto peso o con
diagnóstico de diabetes gestacional.
Hipertensión arterial o en tratamiento para HTA.
Colesterol HDL bajo (<35 mg/dl) o Triglicéridos >250 mg/dl
Mujeres con síndrome de ovario poliquísitico
HbAiC >5.7% o intolerancia a la glucosa en ayunas o
glucemia en ayunas elevada en pruebas anteriores.
Otras condiciones clínicas asociadas con resistencia a
la insulina (obesidad severa, acantosis nigricans).
Historia de enfermedad cardiovascular
Fuente
5ta edición actualización de
IDF 2012.
American Diabetes Association 2013. Recomendaciones para
la práctica clínica sobre diabetes.
Incorporado por Clínica
de endocrinología Dr. Rómulo de León Mazariegos
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