Se
realiza un acucioso proceso que consiste en estudiar la
historia del donante y realizar exámenes para descartar
enfermedades transmisibles, además de analizar el
segmento que se utilizará para asegurar que no presenta
riesgo de transmisión de infecciones u otro tipo de
patologías. Una vez que pasa todas estas pruebas, se
aprueba su conservación y posterior uso.
Tipos de injertos
Los
injertos óseos se utilizan en diversas patologías en que
es necesario rellenar cavidades o defectos importantes
asociados a traumatismos, tumores, cirugía de prótesis,
entre otros casos. Si bien el injerto ideal es el
autoinjerto (injerto del propio paciente), cuando el
defecto es muy importante o no es recomendable obtenerlo
del mismo paciente, se utiliza un aloinjerto, que es un
injerto de donante cadáver o de donante vivo
(normalmente cabezas femorales en cirugía de prótesis de
cadera).
La
gran ventaja de este tipo de injertos es que se puede
obtener una cantidad importante de tejido y no se le
realiza daño al mismo paciente en otra parte de su
cuerpo para extraerlo (morbilidad de la zona dadora).
Como
se trata de tejidos, estos se incorporan al receptor, es
decir, al paciente, en un proceso biológico donde es
colonizado por las células de este hasta transformarse
en propio. Quienes reciben aloinjertos óseos o de
tejidos (hueso, ligamentos, cartílago, meniscos etc.) no
requieren de ninguna medicación ni drogas
inmunosupresoras.
La
mayoría de los huesos artificiales de hoy están hechos
de hidroxipatita, la cual tiene la misma fórmula química
que el propio hueso. La hidroxipatita sintética, sin
embargo, no es ni porosa ni tan resistente como el hueso
real.
Los
poros son importantes, son conductos para el flujo de
sangre (la sangre se genera en la médula del hueso) y
permiten a los huesos ser resistentes sin ser pesados.
Los poros también proveen de un medio para que el hueso
vivo se adhiera de forma permanente a un implante. "Si
obtenemos un buen crecimiento óseo dentro de los poros
de un implante, entonces hemos tenido éxito".
Patologías que se tratan
Gracias a estos procedimientos, es posible, por ejemplo,
salvar extremidades de la amputación en casos tumores
óseos malignos, posibilitar el recambio de prótesis
total de cadera cuando se ha perdido mucho tejido óseo,
mejorar defectos mayores en tumores y quistes, tratar
fracturas graves con pérdida de hueso como las asociadas
a accidentes de tránsito, reconstruir tendones y
ligamentos, como el cruzado anterior en la rodilla, tan
frecuente en lesiones deportivas como futbol y esquí.
En
casos específicos como trasplantes meniscales y
reconstrucción de huesos largos como fémur o tibia, solo
se pueden utilizar aloinjertos, ya que estas estructuras
no se pueden obtener del mismo paciente.
en la
clínica del Dr. Jorge Luís Escalante, tiene una gran
experiencia en esta materia. Trabajar con este tipo de
injertos, siguiendo los estándares de seguridad y
estudio internacionales, permiten resolver patologías
complejas con un índice de complicaciones muy bajo. Por
lo tanto, en general, se obtienen muy buenos resultados.