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   Doctor Rómulo de León Mazariegos

   Endocrinólogo, Especialista en Diabetes y Tiroides

   Colegiado Activo Número 10,644

 

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  EDIFICIO MEDICO SAN LUCAS

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      • DIABETES MELLITUS

         

        La diabetes mellitus es la más común de las enfermedades endocrinas y de acuerdo con los estimados actuales, afecta entre 10% a 15% de la población general.

        Según datos de la federación internacional de diabetes en el año 2012

         Más de 371 millones en todo el mundo tienen diabetes,

        El número de pacientes diabéticos está aumentando rápidamente en todos los países

        La mitad de personas que tienen diabetes aún no han sido diagnosticadas.

        1 de cada 11 adultos en Latinoamérica es diabético.

         

        La diabetes mellitus, o simplemente la diabetes, es una enfermedad crónica que aparece cuando el páncreas no puede producir insulina o cuando el cuerpo no puede hacer un buen uso de la insulina que produce. La insulina es una hormona producida por el páncreas que actúa como una llave que permite que la glucosa de los alimentos que ingerimos pase de la sangre a las células del cuerpo para producir energía. Todos los alimentos ricos en hidratos de carbono se descomponen en glucosa en la sangre. La insulina ayuda a la glucosa a entrar en las células.

        La incapacidad de producir insulina o de utilizarla de manera eficaz conduce a niveles elevados de glucosa en sangre (conocida como hiperglucemia). Los altos niveles de glucosa durante un período de tiempo prolongado se asocian con daños corporales y fallos en varios órganos y tejidos.

         

        Hay tres tipos principales de diabetes

         

        Diabetes tipo 1 conocida anteriormente como diabetes juvenil. Generalmente es causada por una reacción autoinmune en la que el sistema de defensa del cuerpo ataca las células que producen insulina. Todavía no se sabe del todo el motivo de que esto ocurra. Las personas con diabetes tipo 1 producen muy poca o ninguna insulina. La enfermedad puede afectar a personas de cualquier edad, pero generalmente se desarrolla en niños o adultos jóvenes. Las personas con este tipo de diabetes necesitan inyectarse insulina todos los días para controlar los niveles de glucosa en sangre. Las personas con diabetes tipo 1 que no tengan acceso a la insulina morirán.

         

        Diabetes tipo 2 conocida anteriormente como diabetes no-insulino dependiente o diabetes del adulto, representa como mínimo el 90% de todos los casos de diabetes. Se caracteriza por una resistencia a la insulina, por una relativa deficiencia de insulina o por ambas cosas a la vez. El diagnóstico de la diabetes tipo 2 puede ocurrir a cualquier edad. La diabetes tipo 2 puede permanecer sin ser detectada durante muchos años. El diagnóstico se hace cuando aparece una complicación o cuando se realiza un análisis de sangre rutinario o una prueba de glucosa en la orina. A menudo, pero no siempre, está asociada con el sobrepeso o la obesidad, que pueden provocar resistencia a la insulina y conducir a altos niveles de glucosa en sangre. Las personas con diabetes tipo 2 a menudo pueden tratar inicialmente su afección mediante ejercicio y dieta. Sin embargo, con el tiempo la mayoría de las personas requieren medicación oral o insulina.

         

        Tanto la diabetes tipo 1 como la tipo 2 son graves. No existe una diabetes leve.

        La diabetes gestacional (DMG) es una forma de diabetes que consiste en altos niveles de glucosa en sangre durante el embarazo. Se desarrolla en uno de cada 25 embarazos en todo el mundo y está asociada con complicaciones para la madre y el bebé. La DMG generalmente desaparece después del embarazo, pero las mujeres con DMG y sus hijos corren un riesgo mayor de desarrollar diabetes tipo 2 más adelante en la vida. Aproximadamente la mitad de las mujeres con antecedentes de diabetes gestacional llegan a desarrollar diabetes tipo 2 antes de los cinco a diez años después del parto.

         

        Existen además otros tipos específicos de diabetes.

        Las personas pueden experimentar diferentes signos y síntomas de la diabetes, y en ocasiones puede que no haya signos. Algunos de los signos más comunes son:

        §  Micción frecuente

        §  Sed excesiva

        §  Aumento del hambre

        §  Pérdida de peso

        §  Cansancio

        §  Falta de interés y concentración

        §  Una sensación de hormigueo o entumecimiento en las manos o los pies

        §  Visión borrosa

        §  Infecciones frecuentes

        §  Heridas de curación lenta

        §  Vómitos y dolor de estómago (a menudo confundido con la gripe)

         

         Constantemente en base a estudios de investigación se actualizan los criterios para hacer el diagnóstico de diabetes mellitus.

        Criterios actuales para el diagnóstico de diabetes:

         Hb A1C ≥6.5%.  (Hemoglobina glucosilada) 

        Glucemia en ayunas (GA) ≥126 mg/

         

        Glucemia 2 horas posprandial (GP) ≥200 mg/dl  durante

        la prueba de tolerancia oral a la glucosa (PTOG).

         

        Glucemia al azar ≥200 mg/dL  en un paciente con síntomas

        clásicos de hiperglucemia o crisis de hiperglucemia.

         

        En ausencia de hiperglucemia inequívoca, el resultado debe ser confirmado

        por repetición de la prueba.

         

        Estrategias actuales de manejo

        El tratamiento de la diabetes mellitus debe enfocarse al control adecuado y cuidadoso de la glicemia, así como a la prevención del daño de los órganos diana, a la reducción de los factores de riesgo cardiovascular y al manejo específico de las complicaciones presentes. El primer punto a considerar es el ámbito "deseado" de glicemia para cada paciente en particular, teniendo en cuenta que las últimas recomendaciones de la Asociación Americana de Diabetes consideran apropiado mantener cifras de glucosa en ayunas entre 80 a 120 mg/dL, para aquellos pacientes sin condiciones asociadas a un riesgo elevado de hipoglicemia y en quienes tal eventualidad puede llegar a presentarse, es conveniente conservar valores entre 100 a 140 mg/dL.
        Es de vital importancia restaurar el perfíl lipídico, controlar la presión arterial, eliminar condiciones de riesgo cardiovascular como tabaquismo, sedentarismo y soprepeso e instruir al paciente en estrategias de autocuidado y vigilancia de la glicemia. Así mismo, hay que enfatizar la importancia que tienen las evaluaciones médicas periódicas.

         

        Medidas generales: dieta y ejercicio

        Mediante la dieta se busca reducir los niveles circulantes de glucosa, controlando la ingestión de calorías, azúcares, grasas y proteínas. El paciente diabético debe recibir, cada día, entre 250 a 500 calorías menos que una persona sana, 20% de ellas en forma de grasas (al menos la mitad de ellas en forma de grasas poliinsaturadas) y entre 10% a 20% como proteína

        Los hipoglucemiantes orales que son medicamentos utilizados para mantener controlados los niveles de glucosa al igual que la insulina deben ser indicados por su  médico, el tratamiento debe ser individualizado.

         

        Complicaciones de la diabetes

        Las personas con diabetes corren un riesgo mayor de desarrollar una serie de problemas de salud graves. Los altos niveles de glucosa en sangre pueden conducir a enfermedades graves que afectan al corazón y los vasos sanguíneos, los ojos, los riñones y los nervios, así como enfermedad periodontal. Además, las personas con diabetes también tienen un mayor riesgo de desarrollar infecciones. En casi todos los países de ingresos altos, la diabetes es la principal causa de enfermedades cardiovasculares, ceguera, insuficiencia renal, y amputación.

        El mantenimiento de los niveles de glucosa en sangre, presión arterial y colesterol en lo normal o cerca de lo normal puede ayudar a retrasar o prevenir las complicaciones de la diabetes. Por lo tanto, las personas con diabetes requieren un control regular.

         

        Enfermedades cardiovasculares: afecta el corazón y los vasos sanguíneos y puede causar complicaciones fatales tales como enfermedad arterial coronaria o enfermedad cerebro vascular. La enfermedad cardiovascular es la causa más común de muerte en personas con diabetes. Presión sanguínea alta, colesterol alto, glucosa sanguínea alta y otros factores de riesgo contribuyen al riesgo de complicaciones cardiovasculares.

         

        Enfermedades renales (nefropatía diabética): causadas por daños en los pequeños vasos sanguíneos de los riñones que conducen a que los riñones sean cada vez menos eficientes o fallen por completo. Las enfermedades renales son mucho más comunes en personas con diabetes que en personas sin diabetes. Mantener los niveles de glucosa en sangre y la presión arterial cerca de lo normal puede reducir en gran medida el riesgo de sufrir enfermedades renales.

         

        Enfermedades nerviosas (neuropatía diabética): La diabetes puede causar daños en el sistema nervioso de todo el cuerpo cuando la glucosa en sangre y la presión arterial son demasiado altas. Esto puede conducir a problemas con la digestión, disfunción eréctil y muchas otras funciones. Algunas de las áreas más comúnmente afectadas son las extremidades, especialmente los pies. Las lesiones en los nervios de estas zonas se llaman neuropatía periférica, y pueden acarrear dolor, hormigueo y pérdida de sensibilidad. La pérdida de la sensibilidad es particularmente importante, ya que puede hacer que las lesiones pasen desapercibidas, dando lugar a infecciones graves y posibles amputaciones. Las personas con diabetes corren un riesgo de amputación que puede ser más de 25 veces superior al de las personas sin diabetes. Sin embargo, con un tratamiento integral, se pueden prevenir muchas de las amputaciones relacionadas con la diabetes. Incluso cuando se realiza una amputación, se puede salvar con un buen seguimiento de un equipo podológico multidisciplinar la otra pierna y la vida de la persona. Las personas con diabetes deben examinarse regularmente los pies.

         

        Enfermedades oculares (retinopatía diabética): la mayoría de las personas con diabetes desarrollarán algún tipo de enfermedad ocular (retinopatía) con disminución de la visión o ceguera. Los altos niveles de glucosa en sangre, junto con la presión arterial alta y el colesterol alto, son las principales causas de retinopatía. Puede tratarse mediante controles regulares de los ojos y manteniendo los niveles de glucosa y lípidos en lo normal o cerca de lo normal.

         

         Complicaciones del embarazo Las mujeres con cualquier tipo de diabetes durante el embarazo corren riesgo de sufrir varias complicaciones si no controlan y tratan cuidadosamente su estado. Para evitar posibles daños en los órganos del feto, las mujeres con diabetes tipo 1 o tipo 2 deben lograr mantener unos niveles de glucosa adecuados antes de la concepción. Todas las mujeres con diabetes tipo 1, tipo 2 o gestacional durante el embarazo deben procurar mantener unos niveles de glucosa en sangre correctos para minimizar las complicaciones. Tener alta la glucosa en sangre durante el embarazo puede provocar un exceso de peso en el feto. Esto puede conducir a problemas en el parto, traumatismo del niño y la madre y una caída repentina de la glucosa en sangre del niño después del nacimiento. Los niños expuestos durante mucho tiempo a altos niveles de glucosa en la matriz tienen un mayor riesgo de desarrollar diabetes en el futuro.

         

        Prevención

        De momento, la diabetes tipo 1 no se puede prevenir. Los detonantes medioambientales que se cree generan el proceso que acaba por destruir las células productoras de insulina del organismo aún se sigue investigando.

        Hay muchas pruebas de que los cambios del estilo de vida (mantener un peso corporal sano y realizar actividad física moderada) pueden ayudar a prevenir el desarrollo de la diabetes tipo 2.

        La obesidad, particularmente la obesidad abdominal, está relacionada con el desarrollo de la diabetes tipo 2. La pérdida de peso mejora la resistencia a la insulina y reduce la hipertensión. Por lo tanto, las personas que tienen sobrepeso o son obesas deben lograr mantener un peso corporal sano.

         

        La actividad física es uno de los pilares fundamentales en la prevención de la diabetes. El aumento de la actividad física es importante para mantener la pérdida de peso y está vinculada a la reducción de la presión arterial, la reducción del ritmo cardíaco en reposo, el aumento de la sensibilidad a la insulina, la mejora de la composición corporal y el bienestar psicológico.

        Una dieta equilibrada y nutritiva es esencial para la salud. Una dieta sana reduce los factores de riesgo de las enfermedades cardiovasculares.

         

        Otros comportamientos a considerar son:

         

        Fumar: un factor de riesgo bien establecido para muchas enfermedades crónicas, como la diabetes y sus complicaciones. Además de otros efectos perjudiciales, fumar aumenta la acumulación de grasa abdominal y la resistencia a la insulina. Todos los fumadores deberían dejar de fumar. Sin embargo, ocurre a menudo que cuando se deja de fumar se aumenta de peso, por lo que también se debe dar asesoramiento dietético sobre cómo evitar el aumento de peso (por ejemplo, gestionar la ansiedad y los síntomas de abstinencia con sesiones cortas de actividad física para liberar el estrés, en lugar de ir comiendo tentempiés).

         

        El estrés y la depresión: Existen pruebas de que hay relación entre la depresión, la diabetes y las enfermedades cardiovasculares.

         

        Los patrones del sueño: Tanto una duración del sueño corta (<6 h) como larga (>9h) puede estar asociada con un mayor riesgo de desarrollar diabetes tipo 2. La falta de sueño puede afectar al equilibrio de las hormonas que regulan la ingesta de alimentos y el balance energético. Una duración larga del sueño puede ser un signo de trastornos respiratorios del sueño o depresión y debe ser tratada adecuadamente. También existe una estrecha relación entre la obesidad y el síndrome de apnea obstructiva del sueño (SAOS), la forma más común de trastornos respiratorios del sueño.

         

        Criterios para realizar pruebas de diabetes en adultos asintomáticos

        En todos los adultos con sobrepeso mayor a 25 kg/m2 de IMC y factores de riesgo adicionales.

        Inactividad física

        Parientes en primer grado con diabetes

        Alto riesgo por raza

        Mujeres que han tenido hijos con alto peso o con diagnóstico de diabetes gestacional.

        Hipertensión arterial o en tratamiento para HTA.

        Colesterol HDL bajo (<35 mg/dl) o Triglicéridos >250 mg/dl

        Mujeres con síndrome de ovario poliquísitico

        HbAiC >5.7% o intolerancia a la glucosa en ayunas o glucemia en ayunas elevada en pruebas anteriores.

        Otras condiciones clínicas asociadas con resistencia a la insulina (obesidad severa, acantosis nigricans).

        Historia de enfermedad cardiovascular

         
        Fuente

        5ta edición actualización de IDF 2012.

        American Diabetes Association 2013. Recomendaciones para la práctica clínica sobre diabetes.

        Incorporado por Clínica de endocrinología Dr. Rómulo de León Mazariegos

          

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Última modificación: 12 jun. 2019